Ahora bien, la razón por la que la mayoría de personas no se dan cuenta de que es un río es porque casi siempre está seco. Nace en el norte, en una colina rocosa en San Mateo, y recorre 17 kilómetros que cruzan San Miguel y Santa Gertrudis hasta que termina en el este de Santa Eulalia, de ahí el nombre de “Santa Eulalia del Río”, donde los romanos construyeron un fabuloso puente que hay que cruzar para llegar a la ciudad. Hubo un tiempo en el que este río mantuvo un flujo constante de agua pero que disminuyó a finales del siglo XX. Ahora, con el aumento de la explotación y los cambios en el medio ambiente debido al auge del turismo, se ha secado y sólo fluye como lo hacía años atrás cuando hay lluvias torrenciales, es decir, sólo en los meses de invierno o en abril, como dice el dicho español “en abril, lluvias mil”.

Entonces, ¿qué ha pasado? ¿Por qué se secó el río? La dura realidad es que la capa freática de Ibiza ha disminuido de manera drástica en los últimos 20 años debido al uso desproporcionado de agua y el llenado de miles de piscinas en villas privadas y jardines, además del consumo de los residentes y turistas. Ibiza también tiene más carreteras y más edificios, muchos de los cuales se han construido sobre tierras que en su día tuvieron pequeños arroyos que conducían al río principal.

La compañía de agua en la isla, “Aqualia”, dice que la isla utiliza más de 55 millones de litros de agua en agosto. ¿Cómo podemos ayudar? ¡Utilizando menos agua, obviamente! No debemos dejar los grifos abiertos, debemos tirar de la cadena menos veces y tomar duchas más cortas en verano.

Yo mismo, como residente y amante de estas islas en el Mediterráneo, me siento fatal cuando pienso en la capa freática mientras riego mis plantas sedientas en verano, y como resultado, me he decidido por las plantas que necesitan poca agua como las suculentas o los cactus.

Tengo la suerte de que mi casero tiene un pozo y el agua es potable, pero cada vez que comprueba los niveles le oigo gruñir, y creedme, las palabrotas en ibicenco son bastante duras cuando salen desde el corazón. Así que me temo que un día anunciará con tristeza que el riachuelo subterráneo que hay debajo de la casa se ha secado.