NO 7 – PRESENT! – Libre de hacer lo que quieras

Tengo que decir que yo no solía llevarme muy bien con mis profesores, y cuando iba al colegio por lo general me sentaban al final de la clase y solía irme tras el primer descanso. Si estaba allí y el profesor pasaba lista y era el turno del número 7, Jeroen Hamersma, yo gritaba PRESENTE muy alto. El profesor miraba sorprendido y me presentaba al resto del grupo como el «chico nuevo» de la clase debido a mis continuadas ausencias.

Qué diferente hubiera sido si hubiera tenido a este hombre de profesor en mis primeros años. Por supuesto que primero tendría que haberme sobornado con un vaso de su néctar de los dioses, pero yo me hubiera enganchado a sus clases para el resto del año y hubiera llevado su bolsa por todo el colegio sólo para poder participar en su siguiente lección.

No estamos hablando de cualquier profesor, estamos hablando de Juan Carlos Sancha, que enseña enología en la Universidad de La Rioja y es también el propietario de un pequeño viñedo allí. En sus 5 hectáreas cultiva orgánicamente y expone sus experiencias ante la clase.

Cuando a finales de los setenta se vio un aumento considerable en el turismo en España y todo el mundo en casa comenzó a beber Rioja, en la región empezaron a plantar la uva tempranillo. Ahora el 75% de uvas de La Rioja son tempranillo, generalmente se prefieren éstas a otras variedades ya que las otras son más sensibles a las enfermedades y producen menos cosechas. Debido a la alta demanda, la decisión de los enólogos fue fácil ya que las uvas son de color rojo, se puede hacer un buen vino con ellas y producen más cantidad: una banda azul sobre la etiqueta y una pequeña red alrededor de la botella, estos Rioja se vendieron como churros en el mostrador.

Por desgracia esto fue a expensas de las uvas que antes de la locura de tempranillo eran las estrellas de la Rioja. Una de estas variedades de uva que este Don Quijote defiende es la Maturana, una variedad de uva que sólo aparece en esta área y se desarrolla en las partes más frías. Los racimos de uvas son pequeños y una vez que maduran pierden su dulzor, aunque tienen un toque extra de acidez.

Una vez que estas pequeñas uvas han sido recogidas y prensadas con mucho cuidado, el vino se pone durante 11 meses en barricas de roble francés.

Una vez el profesor Sancha está listo para embotellar y pega una etiqueta en la que se puede leer “AD LIBITUM”, que significa «como desee», es cuando cumple las expectativas. Con su color intenso y sólo 13 grados de alcohol, una hermosa acidez y taninos suaves, este vino se convierte en el vino ideal para el verano una vez se enfría.

Con sus notas rojas y un poco de laurel, es una combinación perfecta para el conejo y las hierbas de la página anterior. Es y será uno de mis favoritos de La Rioja, y para hacerle la pelota al profesor, señor, ha obtenido un 10 sobre 10.