Nos encontramos con Ricardo Urgell ante las puertas del antiguo «El Divino», que a partir de ahora se llamará «Lío». Está supervisando el bosquejo del cartel, el ajuste de las hojas de las puertas, tomando personalmente la última decisión como siempre hace en todas sus empresas.Ya lleva trabajando un año en la reforma. Se lo ha pasado rechazando cualquier detalle que no fuese lo suficientemente perfecto,llevando a arquitectos y trabajadores al borde de la locura. Pero ahora, poco antes de concluir, este trabajador infatigable puede bromear conmigo sobre todo ello. «El nombre «Lío» lo elegí precisamente porque toda la reforma fue un verdadero lío». Le supuso demasiado estrés, caos y disgustos. Pero «Lío» también es sinónimo de jaleo y de acción.Y a partir de ahora es lo que habrá aquí cada noche. Entramos en la terraza con su extraordinaria vista sobre el puerto y el casco antiguo ante la que atracarán a partir de ahora los yates de lujo.

A lo largo de la barandilla de la terraza se extiende una enorme y alargada piscina de cristal. Se puede cubrir para transformarla en una pasarela. En ambos extremos se encuentra un nivel elevado. «Es casi como un barco, con su proa y su popa elevadas», aclara Ricardo. En los niveles elevados se encuentra un bar y un restaurante japonés con cocina abierta, mientras que en el nivel inferior hasta 30 artistas entretendrán cada noche a los clientes. «Aquí queremos presentar cada noche un espectáculo de cabaré» dice un radiante Ricardo.

En el interior se encuentra un lounge, un gran bar y una zona VIP elevada desde la que se puede abarcar todo con la vista. El aspecto que tiene hace que todo parezca una sensacional atracción. Aparentemente se trata de un nuevo gran éxito del «Pachá de la vida nocturna». A pesar de todo, tanto «Lío» ha acabado por merecer la pena. En todo caso, esperamos ansiosos a su inauguración a mediados de junio.