La suerte de la emblemática sargantana es conocida por todos, pero hay dos isleños que están ayudando a otra especie protegida autóctona también en peligro: el erizo.
El erizo pigmeo africano, autóctono de la isla, está a punto de extinguirse debido a los hábitos de vida modernos: atropellados en las carreteras donde buscan calor y atrapados en jardines donde los residentes aseguran sus propiedades construyendo muros. Los erizos atrapan y comen crías y huevos de serpiente, otro motivo para ayudar a protegerlos y, a la vez, a las sargantanas.
Carolyn Kroon, originaria de Holanda, creó el centro Hotchiwitchi tras encontrar un erizo enfermo. Fue a pedir ayuda a Adila Hiam, fundadora de Can Hog, un santuario de animales al oeste de la isla: “Adila me enseñó a cuidarlos y me llevé cuatro a casa para pasar el invierno. Ahí decidimos colaborar, yo me encargo del sur y el este de la isla y ella del norte y el oeste. Antes trabajaba como enfermera, así que aprendí rápido a cuidar de los erizos, a ponerles inyecciones y a bañarlos”.
Carolyn ha ayudado a miles de erizos, solo en los últimos nueve meses ha liberado a 450 en su hábitat natural. Su principal problema es la falta de comida y muchos sufren de sarna: “En la última década ha habido una enorme disminución de insectos en toda Europa. Se utilizan muchos pesticidas y la gente ya no suele tener arbustos en sus jardines. Todo esto repercute en los erizos, ya que su sistema inmunitario se debilita por la falta de alimento”.
Adila, fundadora de Can Hogs, lleva siete años salvando erizos: “Recojo una media de 30 a 40 al mes. El mayor problema es la horrible enfermedad de la piel que les provocan los caracoles que comen, por lo que mantenerlos sanos es una tarea constante que probablemente nunca acabe. Sólo podemos seguir tratándolos a medida que llegan y luego soltarlos en los mejores lugares posibles, donde puedan tener acceso permanente a agua fresca y comida sana. Sería de gran ayuda que la gente con jardines pudiera crear espacios salvajes para los erizos con un montón de compost y madera, y cualquier cosa que atrajera la comida natural que comen, como escarabajos y larvas”.
Carolyn me cuenta que, como la gente construye muros en lugar de vallas alrededor de sus propiedades, los animales no tienen forma de salir a buscar comida. También dice que son víctimas de las herramientas de los jardineros, y que a menudo los traen heridos.
¿Y qué se puede hacer para ayudar? Carolyn propone crear “hoteles para erizos” en los jardines a partir de una caja de plástico. Se hace un agujero y se inserta un tubo en forma de L. A continuación, se añade comida seca para gatos, sabor a pollo (el sabor a pescado es malo para sus huesos). Así, los erizos pueden entrar, pero se mantiene alejados a roedores y otros animales. También les sirve de refugio.
Otra ayuda, sobre todo en verano, es dejarles un recipiente poco profundo con agua (la leche les causa problemas digestivos) para que puedan beber y salir. “Una de las principales razones por las que los erizos enferman es que están deshidratados”.
El mensaje final de Carolyn es: “Por favor, conduce con cuidado al anochecer. Los erizos pueden desplazarse de 3 a 5 km por noche y pueden dormirse en la superficie de la carretera porque está caliente. Todo el mundo puede poner su granito de arena para ayudar”.
Si quieres ayudar donando comida o fondos ponte en contacto con Carolyn en el +34 606 20 82 41