El nuevo Teatro Pereyra por fin es casi realidad. Tras años de obras e infinidad de complicaciones, sus promotores esperan abrirlo en noviembre: “Ya es inminente, dentro de dos meses viene el estrés”. El músico, productor y compositor Nacho Cano llega a la terraza del restaurante Can Pau donde hacemos la entrevista, acompañado de Marta Hermida, su socia, sevillana que ha vivido por todo el mundo y se vino de Madrid a Ibiza hace 4 años, cuando el empresario Pedro Matutes, copropietario del histórico edificio, encargó a Nacho la dirección artística del proyecto: “ella está más en el día a día de las obras y la implantación de todo lo técnico”.
Las obras han durado más de 15 años, con prolongados parones por cuestiones como el hallazgo de restos arqueológicos, pero la idea de recuperar todo el esplendor de un edificio que fue el epicentro de la vida cultural de Ibiza hasta la Guerra Civil es incluso anterior. Eric-Jan Harmsen, antiguo gestor del café concierto del teatro desde los 90 hasta su cierre en 2018, fue a ver en 2005 el musical de Nacho Cano ‘Hoy no me puedo levantar’ y ya comenzaron a darle vueltas. Nacho afirma rotundo : “Me revienta cuando la gente no respeta el espíritu que hizo grande algo, por eso desde el principio he ido hablar con Eric”. Sobre el polémico cierre del café, aunque no entra en detalles, afirma haber estado muy al tanto, no en vano, asegura, “he abierto y cerrado el Pereyra muchas veces”.
El excomponente de Mecano se muestra entusiasmado con este proyecto. “El Teatro Pereyra va a ser una revolución a todos los niveles. El valor de la obra es de muchos millones de euros, hay una serie de plataformas hidráulicas para tener distintos niveles y capacidades de escenario. Habrá música en vivo todas las noches de verano y casi todas las de invierno. Será el templo de la música en vivo en Ibiza”. La idea es crear un espacio polivalente que ofrezca muchos eventos y espectáculos diferentes. En verano, la sala principal acogerá cada noche un Musical Dinner Show con un montaje de Nacho Cano que lleva por título (“de momento”, puntualiza) “Ibiza Hippy Heaven, la historia de Ibiza contada en canciones, a través de la evolución musical del rock al techno”. También están desarrollando una cuidada oferta gastronómica de la mano de Eduard Bosch, que fuera jefe de cocina de El Bulli y el diseñador industrial Luki Huber, otra figura esencial en el famoso restaurante de Ferran Adrià. En invierno, el café teatro abrirá casi todos los días con propuestas variadas que incluirán música clásica, jazz, proyecciones de cine mudo acompañadas de piano o una semana del flamenco. Evidentemente, también grupos de la isla y artistas internacionales, aprovechando la extensa agenda de Nacho: “Siempre digo que nunca he invitado a nadie a Ibiza, a nadie del mundo, incluyendo presidentes de países o artistas famosísimos, que me haya dicho que no”.
El éxito del proyecto parece asegurado: “Ahora mismo hay un público de invierno en Ibiza de un nivel cultural, social y adquisitivo muy alto…Además, tenemos una situación estratégica maravillosa, muy bien conectados con grandes capitales con vuelos directos y las posibilidades de un teatro con 48 palcos privados son increíbles. Ésta es una experiencia que ahora mismo falta en Ibiza”. Además, añade: “Es un espacio único, con un bagaje histórico brutal”. El Pereyra, edificio declarado Bien de Interés Cultural, se construyó en 1898 gracias a la iniciativa del comerciante Josep Tarrés Espinal, el empresario Abel Matutes Torres, bisabuelo de Pedro Matutes, y el comandante Pereyra, del que toma su nombre.
Ahora mismo, Nacho Cano vive a caballo entre Ibiza y Madrid, donde más de 150.000 espectadores han disfrutado su musical ‘Malinche’, al que ha dedicado 12 años de trabajo y que cuenta la historia del mestizaje con un impresionante montaje con lagos, cataratas y una pirámide de 4 plantas en el escenario más grande de Europa. Su historia de amor con la isla data de 1982, cuando vino por primera vez a tocar en Ku con Mecano: “Un escenario con una piscina y una grada con 300 personas, con chicas desnudas… aluciné”. Inmediatamente, preguntó dónde podía comprar una casa y le dijeron que se iba a construir un edificio en Marina Botafoch, donde entonces no había absolutamente nada, salvo Pacha. Al enseñarle los planos, respondió: “Pues ponme dos pisos”. Más tarde, en 1998, compraría una enorme villa en el norte de la isla, su lugar favorito de Ibiza. “Definitivamente me veo retirándome aquí, de hecho, es lo que estoy haciendo, lo que pasa es que en mi retirada voy a torear unas cuantas”. Y ahonda sobre lo que hace a Ibiza tan especial: “Creo que es una isla que te permite marcar tú el ritmo que quieres llevar, en Ibiza puedes llevar el ritmo más frenético o aislarte del mundo totalmente y creo que éste es el único sitio del mundo que lo tiene, y con calidad de vida”.
El artista y empresario está a punto de cumplir otro de sus sueños a cargo de esta sala que promete revolucionar la cultura en la isla: “Hay tanta sed del Pereyra… lo hablamos mucho con Pedro y Marta, pero yo creo que va a superar lo que ellos piensan”.