El (casi cierto) retorno de los pioneros del techno, Fraktus, está estrechamente ligado a Ibiza. Pese a que Dickie Schubert y Bernd Lade decidieron quedarse en casa cuando el trío se separó, Soundfrickler y el hombre de los gorros de punto, Torsten Bage
Las islas siempre han sido las protagonistas de las historias de la música rock y pop. Algunas canciones como “La Isla Bonita” de Madonna, “Island in the sun” de Belafonte o el himno de Die Ärzte “Westerland” forman tanta parte del panorama mental como el festival de la isla de Wight, el festival Sziget en una isla en el Danubio cerca de Budapest o el Rock’n Roll Butterfahrt en Helgoland. También está último directo de Jimi Hendrix: ¿dónde sino en la Isla de Fehmarn?
El director de “Fraktus” Lars Jessen (“Dorfpunks”) ha hecho sus deberes y conoce a la perfección la importancia de la isla como refugio de grandes artistas. Por ejemplo, Michel Cretu vivió en una ocasión en la costa oeste de Ibiza. Cierto es que el miembro de Trio, Stefan Remmler no estuvo realmente aquí: se dirigió hacia Lanzarote. No como Stefan Zauner que cambió la libertad de Munich por la de Ibiza. El productor de cine Klaus Maeck habla sobre la elección de la ubicación: “Hoy en día, Ibiza y Mallorca son las islas donde los productores del pop mainstream alemán pueden hacer dinero mientras descansan al sol. Esto no sólo va para los DJs que hacen de anfitriones cuando sus amigos vienen de vacaciones y les deleitan con su música dance.”
¿Cómo lo ve el mismo DJ y qué tiene que decir Torsten Bage? No se siente precisamente entusiasmado por estar aquí. “La isla es un desguace de hippies y de parásitos de discoteca. Prácticamente todo lo que hago es ir de mi finca a la discoteca.” Y esto según el hombre con el gorro de punto y ese tatuaje en la parte inferior de la espalda (tramp stamp). Bage forma parte de la banda Fraktus, la película de Jensen cuya historia se cuenta con tanto detalle que simplemente desearías creerlos. Bage, un tipo simpático, frustrado por haberle sido negada la entrada a la historia de la música pop, disgustado por su público de hoy en día, dando vueltas por la terraza de “Hierro de Puta”, como llama a su finca.
Uno no debería cometer el fallo de meter en el mismo saco a las islas favoritas de los alemanes. Klaus Maeck se ríe cuando recuerda la grabación. “Fue extraño cuando queríamos que Willi Herren apareciera en una discoteca de Ibiza, teniendo en cuenta que lo que él produce es sonido de Mallorca. Teníamos que grabar antes de que llegara todo el mundo a la discoteca y necesitábamos extras ya que en vez de inspirarlos para bailar, nuestra canción “Geilianer” les había ahuyentado,” dijo Maeck acerca de las sutiles diferencias en el grupo.
En la película, la isla aparece finalmente llena de historia, incluso en sentido catártico. ¿Qué mejor sitio que éste para que la banda se reúna después de 25 años? Se lo pasan bien y beben, bailan y discuten. Al final, resumen la reunión: “Así es como me siento. O como Fraktus lo plasma en la canción: “Oh, oh, oh yeh!”