Desde su infancia en Reino Unido, Sally Wristen ha explorado casi todo el mundo antes de establecerse en Ibiza en 2014 y hacer de la isla su hogar permanente.
Ya fuera una casita, un palacio, algo intermedio, Sally Wristen ha diseñado muchas casas y negocios en Ibiza y en otros lugares.

«Cuando era niña, mi madre siempre quería que todo estuviera bonito, aunque su estilo no no se parece mucho al mío. (A menudo se elige lo contrario, ¿no?). En los años 70 le gustaban los terciopelos dorados, las mesas de centro y las bañeras esquineras color chocolate. En Navidad y en los cumpleaños, yo solía apropiarme de un sillón con respaldo para exponer mis regalos, a modo de escaparate; supongo que ese fue el comienzo. Con 10 años también ayudaba a mi padre y sumergía ladrillos en agua cuando construía cosas. Mis padres eran muy inventivos y creativos, y yo me crié en ese ambiente».

Durante las siguientes cuatro décadas Sally y su marido Tony tuvieron experiencias vitales que la mayoría sólo hemos soñado, como vivir en diversos lugares del mundo, desde Barbados a Bali, y más allá.

¿Cómo desarrolló su negocio? Sally recuerda a la perfección cuando vivía en Andalucía, renovando su propiedad, y unos amigos le pidieron que diseñara el bar del restaurante que acababan de comprar. Como no podían permitirse sustituir los viejos aparatos heredados de los antiguos propietarios, inspirándose en la instalación de un hotel, Sally creó una torre de vinos del suelo al techo como punto focal. «Cuando te sentabas en la barra no te dabas cuenta de los electrodomésticos anticuados porque mirabas hacia arriba». Una metáfora, quizás, de la actitud positiva con que aborda cada proyecto, por ambicioso que sea.

El primer negocio de Sally en Ibiza, fue ‘Bite Me’ en Dalt Vila. Una tienda que ofrecía una amplia selección de regalos, joyas, velas, ropa y bolsos hechos a mano en Ibiza y cuidadosamente seleccionados. Diseñó una tienda única, en constante evolución y que ofrecía pequeños detalles que ella describe como la «guinda del pastel».
5 años después, el espíritu y la atención al detalle que definían su tienda se trasladaron a su siguiente empresa, «White Island Styling».

«No tiene por qué costar mucho dinero que las cosas queden bien»

Sally comparte su opinión sobre los deseos de los clientes: «Tiene que haber una razón para elegir algo. Es importante saber cómo quieren que se sienta la casa y cuál es su objetivo. Puede que quieran alquilarla, venderla o que quieran que sea una bonita casa familiar, por ejemplo. Escucho sus «porqués». No me defino como una diseñadora de interiores porque lo que hago es aportar un estilo al lugar; para que sea más acogedor, o más práctico, o familiar, o por si tienen un perro; así que los escucho y pienso en qué necesitamos para que tenga el aspecto que el cliente desea. También hay que tener en cuenta el presupuesto. No tiene por qué costar mucho dinero que las cosas queden bien. A menudo amueblo propiedades enteras para gente que no está en la isla. Me recomiendan las agencias inmobiliarias, incluso hace poco he trabajado para algunas personas que han heredado propiedades y no siempre pueden venir. Si la casa está distribuida en zonas, la gente puede entrar y ver claramente una zona de estar, un dormitorio, etc. Si se trata de un montón de habitaciones en blanco, a veces pueden sentirse abrumados».

«Es importante que ames tu espacio»

«A veces es cuestión de encontrar algo que te guste y utilizarlo como punto de partida, por ejemplo, un cojín o un plato. Tienes que observar lo que te gusta de él y usar esa inspiración para reflejarla en tu casa». Sally utiliza el ejemplo de una casa que diseñó en la urbanización Roca Llisa de Ibiza. «La propietaria quería que el dormitorio principal fuera femenino y suave, pero no aniñado; y quería que el segundo dormitorio fuera más como un hotel y bastante masculino. Tenía un cojín con azules, plateados y grises. Ahora ese cojín sigue ahí, pero todo lo que lo rodea ha cambiado. Inspirado por el cojín.
«Soy muy realista en mi enfoque. No quiero que la gente sienta que tiene que saber lo que está haciendo. Si necesito arreglar una prenda, la llevo a un experto que sepa coser. Esto es lo mismo, no tienen que saber exactamente lo que quieren, ni ir a tiendas caras. Lo importante es amar tu espacio, no sólo tiene que ser práctico».

¿Hay alguna temática dominante en el estilo de Sally? «Es muy neutra, me gusta lo neutro. Recuerdo que de niña veía el vídeo de ‘Imagine’ (con el piano blanco y las cortinas blancas) y pensaba ‘¡WOW!, y siempre reflexiono y pienso que eso seguiría quedando bien hoy en día. Tan clásico, tan retro, pero tan de ahora… es tan todo».

Sally ofrece una serie de servicios entre los que se incluyen el home staging, personal shopping, las sesiones de fotos de decorado y el estilismo de bodas.

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