Pero por encima de todo, jugó un papel fundamental en la historia de la Dance Music, influyendo a los DJs y a la cultura de club. Conozcamos a la leyenda: Tony Prince

Tony, los indios dicen que no conoces a un hombre hasta que caminas con sus zapatos. ¿Qué tipo de hombre era Ringo Starr en 1959?

Era un tipo genial. Ingenioso, con el típico humor de Liverpool, era dos años mayor que yo. Le conocí en un campamento de vacaciones. Tocaba en una banda llamada Rory Storm & The Hurricanes, antes de que se uniera a The Beatles. Un día me lo encontré en el salón de baile, mientras estaba puliendo sus botas de vaquero, yo sólo era un niño que acababa de enamorarse del rock’n’roll. Le dije lo mucho que me gustaba la banda. Me preguntó si conocía las canciones y yo le respondí que las cantaba en casa frente al espejo. Me animó a subir al escenario al siguiente jueves para una audición. El día de la prueba me tomé dos whiskys por primera vez en mi vida y me fui para allí. Le pregunté a Ringo si me dejaba las botas antes de subir. Estaba bromeando, pero Ringo me las prestó y subí el escenario con ellas puestas. Luego intenté una pose a lo Gene Vincent, una bota salió disparada de mi pie y golpeó a un chico del público. Todo el mundo se partió de risa y lo encontró muy divertido.

En 1962 usted presentó a los Beatles en el escenario del Top Rank Astoria, en Oldham, la misma noche en la que alcanzaron su primer número 1. ¿Tenía idea de lo grandes que estaban a punto de convertirse?

Podía hacerme a la idea… Aquella noche el público vino de todas partes, no sólo del área local. Ellos sólo tenían «Love Me Do» y «Please Please Me», pero podías ver lo buenos que eran. Tuve que quedarme en el escenario durante el show porque no había espacio ni manera de escapar de allí de lo abarrotado que estaba el local. Fue una noche divertida. Compartimos camerino y recordé a Ringo el capítulo de las botas. Incluso años después, cuando le entrevisté en París para Radio Luxemburgo él me preguntó: ¿Continúas guardando mis botas?

¿Qué papel jugó la música en su casa?

Me metí en rock’n’roll muy temprano. El ir a los campamentos de vacaciones de Butlin’s cada año tuvo un gran impacto en mí, después de aquella audición algunos chicos vinieron a mí y me preguntaron si quería ser cantante en una banda. Yo pensé: ¿Estáis locos? Tuvimos un grupo llamados los Jasons. Más adelante me convertí en un cantante de una banda de 15 miembros. Fuimos a Bristol, salimos en la televisión y luego se fue todo al carajo.

A partir de ese momento su vida dio un giro y pasó de formar parte de una banda a ser DJ ¿Cómo sucedió?

Conocí a Tony Blackburn de Radio Caroline cuando yo me encargaba de catalogar y gestionar los archivos fonográficos. Tuve que escuchar un montón de discos y recomendarlos para un programa de televisión. Había leído ya sobre la radio pirata en el «NME»… Los discos de Tony no era geniales, pero yo quería tenerlo en el show. Entonces, Tony gestionó una conexión y gracias a él me convertí en un DJ pirata, trabajando literalmente en un barco en el mar, durante dos años. La vida estaba evolucionando.

¿Fueron las radios piratas la consecuencia lógica de la Unión de Músicos y un fenómeno como «Needle Time»?

Está bien que menciones eso. La Unión de Músicos me echó. Decían que si pinchaba discos en los salones de baile perjudicaba a las bandas para que tuvieran trabajo. Fui un chivo expiatorio. Así que me hice DJ a tiempo completo. «Needle Time» fue una propuesta promovida por la Unión de Músicos para restringir la emisión de música grabada que podía ser transmitida por la BBC.

«The Boat that Rocked» recogió toda esa historia ¿Fue realista esa película? 

No mucho. Es un comedia, un montón de cosas de la película jamás sucedieron en realidad. El reflejo que dieron de nuestro trabajo en ese barco fue demasiado cómico. Aquello me inspiró a hacer un documental por mí mismo para la DMC, para contar mi versión de los hechos. La pasión por la música se reflejaba en el film, pero nunca hubieron mujeres ni fiestas en ese barco y ni mucho menos saltamos al agua desde el mástil.

Ahora se ha transformado en Royal Ruler…

Exacto, ese era mi nombre como DJ. Mi colega Mike Pasternak actuaba con el seudónimo Emperor Rosko. Me encantó, y pensé que yo también necesitaba un nombre similar. Aunque siempre se me ha conocido como Prince, eventualmente oficio como Royal Ruler.

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Poco después se convertiría en DJ de Radio Luxemburgo.

Se creó una ley que convertía en ilegales a las radios piratas. Yo no quería arriesgar mi carrera, así que fui a Radio Luxemburgo como DJ. En 1976 me convertí en el director de programación.

¿Qué recuerda del 16 de agosto 1977?

Si le preguntas a la gente donde estaba la noche en la que Elvis murió, muchos te dirán: ‘Estaba escuchando a Tony en Radio Luxemburgo’. Iba de camino a la emisora esa noche y me llamó Mark Wesley para decirme que Elvis había muerto. Yo pensé que era una broma de mal gusto hasta que me di cuenta de que no estaba bromeando en absoluto. Era totalmente cierto. No tuve tiempo para pensar. Agarré los discos y se los di al ingeniero. Entramos en el aire a las 11 de la noche y estuve radiando canciones de Elvis durante cinco horas. Fue la emisión más honesta de mi vida y no sé ni cómo pude contener las lágrimas. Llamé a mi jefe y le dije que no podíamos incluir publicidad. Él me dijo: ‘Adelante con ello’. Desde luego que no fue un programa feliz.

De hecho usted había coincidido con Elvis un par de veces. ¿Cómo era «El Rey»

Le conocí en 1972 y 1973. Durante mi tiempo en Radio Caroline me convertí en presidente de honor de su club de fans. Todavía hoy sigo relacionado con el club. En el `72 llevamos a un montón de aficionados británicos a Las Vegas para verle. Yo también fui y su manager, el Coronel Parker, me permitió hacerle una entrevista. No era algo que hacía habitualmente, incluso le presenté en el escenario aquel día. Una tarde me llevé a mi esposa conmigo y pudimos conocerle un poco más. Nunca he experimentado una emoción más grande en mi vida.

A principios de los años ochenta, creó la DMC (The Disco Mix Club) ¿Cómo surgió la idea?

Como director de programas mi trabajo era contratar a DJs para la emisora y solía recibir cientos de cintas. Las escuchaba todas religiosamente. Era importante. Un día recibí una cinta que sólo contenía música. Eso me llamó la atención: ‘Este chico está mezclando música, está uniendo temas a partir de la sincronización del ritmo…’ Era un medley de temas originales. Absolutamente fantástico. La puse una y otra vez. Me encantaba y quise tener a ese chaval, Alan Coulthard, en la radio. Le propuse hacer un mix cada semana, comenzando con música de artistas conocidos: Shalamar, Kool & the Gang, Michael Jackson. Se puso a ello y cada vez lo hacía mejor. Luego comencé a recibir cientos de carta de DJs de club preguntando: ¿Cómo podemos conseguir estas mezclas? Así que la idea vino a mi. Lo siguiente fue ofrecer a la industria discográfica hacer mixes con sus discos. El primero con los originales, el segundo con los temas mezclados.

En la época pre-Internet ¿Cómo era la comunicación? ¿Cómo creó una red de trabajo?

Lo bueno es que fundamos una revista: «Mixmag». Nació en 1983, tenía 16 páginas y estaba impresa en un papel de periódico en blanco y negro, con el objetivo de llegar a todo tipo de DJs en el Reino Unido. Se convirtió en un fenómeno mundial.

¿Cómo se desarrolló la DMC durante los años 80?

Tuvimos que sortear un montón de obstáculos en materia de derechos de autor, pero después de eso nada pudo pararnos. Lo importante era que aquellos mides se encontraban en manos de los DJs y la gente preguntaba: ¿Dónde podemos comprar esto? Tenían algo que la audiencia deseaba. Luego, sellos como Cream, Renaissance y Ministry Of Sound comenzaron a expandirse y a anunciarse en Mixmag, la cual se convirtió en la bíblia de la música de baile.

Una empresa familiar desarrollada en torno a usted. ¿Quién está involucrado y cómo?

En aquellos días en los que querías llegar a cientos de DJs, tenías que coger las Páginas Amarillas para todas las ciudades, anoté las direcciones y números de teléfono para crear listas de correo y enviar casetes. Toda mi familia estaba empacando los casetes. Yo no podía hacerlo todo por mi cuenta. Entonces todo despegó… los clubs también se estaban gestando. Hoy mi hijo Daniel es Editor Jefe de la revista Mixmag, es un gran escritor, y hace artículos divertidos e interesantes. Cuando él tomó las riendas, yo di un paso atrás, pero todavía es un asunto de familia.

Luego decidió llevar la cultura dance al tradicional Royal Albert Hall.

Fue una cosa de ego. Queríamos ofrecer el mayor evento de DJs en el mundo. Organizábamos fiestas en el Hippodrome y otros salones de baile pero con el tiempo se nos quedaron pequeños. El fenómeno del scratching se hizo popular de repente. DJs como Cash Money volvieron a abrir los ojos a la gente otra vez. Así que apostamos por ello. También fuimos al Wembley Arena, pasamos de 5000 a 11000 personas y seguimos innovando en la puesta en escena. Otra cosa más… en el Royal Albert Hall el público no sabía que iba a pasar, no anunciamos el cartel. Todos esperaban un gran evento y eso es lo que tuvieron. Programamos a Public Enemy, Run DMC, Janet Jackson, Alexander Neal. También tuvimos a Jimmy Jam y Terry Lewis. Y una noche le dije a la audiencia que iban a ver algo que  iban a contar a sus hijos y presenté al mismísimo James Brown. Mucha gente todavía se refiere a aquel evento como el momento más grande en la historia de la música de baile. Fue fantástico.

Al mismo tiempo apostó por acabar con el fenómeno del DJ que hablaba entre canciones…

Eso es lo que todo el mundo hacía por entonces: reproducir un tema y luego hablar. Yo dije que había que deshacerse de eso. Había que construir un estado de ánimo, calentar motores para la medianoche, pero dejar de hablar…

En el pasado los DJs no estaban muy bien vistos ¿Cuándo se produjo el cambio?

Un viejo rockero seguramente seguirá viendo al DJ como el enemigo. Un miembro de Deep Purple me dijo una vez, después de haberse tomado unos tragos, que los DJs son los parásitos de la industria musical. Yo dije: ¿De qué estás hablando? Cada DJ ama la música y tú como músico necesitas aliados como ellos para conseguir que tus canciones lleguen a la gente. Con la DMC empezamos a promover cambios en la escena, los DJs pasaron de pinchar a mezclar y luego a producir. Hoy en día los DJs no pueden cobrar cientos de miles de euros sin crear sus propias canciones. Si quieres ser un mega DJ tienes que hacer tu propia música.

¿Cuán importante fue Ibiza para usted y para la historia de la música de baile?

Estuve aquí con Paul Oakenfold cuando celebró su famosa fiesta de cumpleaños a finales de los 80. En DMC también comenzamos a hacer las «Nightlife Holidays» y empezamos a llevar a fans a Mallorca e Ibiza. Los DJs influyentes de Londres se enamoraron de la isla y la convirtieron en su base de operaciones.

¿Qué tiene de especial el ambiente aquí?

Es una isla maravillosa. Cuando promotores como Renaissance, Cream y Manumission vinieron aquí para iniciar sus noches, pusieron tanta energía y creatividad en ellas, que consiguieron hacer eventos muy especiales. La gente como Darren Hughes o los chicos de Ministry Of Sound tenían mucha experiencia con sus fiestas en el Reino Unido y trajeron toda la cultura aquí. «Mixmag» escribió sobre todo este fenómeno y cuando la gente iba a Ibiza, querían vivir estas fiestas. La historia de Ibiza en su conjunto es una maravilla y los baleares son gente encantadora. Espero que los que viven en la parte tranquila de la isla no encuentren demasiado intrusivo el clubbing. Lo mejor que puede hacer alguien que vaya a Ibiza es experimentar todas las facetas de la isla.

¿Va a visitar la isla en esta temporada?

Estoy pensando en venir a visitar a Daniel. Quizá viajó a finales de junio.

¿Es un hombre de playa?

No tengo tiempo para eso. Me encantaba nadar pero ahora estoy muy ocupado con todo tipo de cosas. (Risas)

De todas la leyendas de la música que conoció ¿cuál le causó mejor impresión?

Elvis. Él estaba muy por delante de todo, era original y se movía como un dios de rock’n’roll. Aparte de eso: Dios bendijo mi vida y todavía hoy me sigo divirtiendo. Mi arma secreta es mi esposa Christine. Estamos casados ​​desde hace 50 años. Ella me tiene también cuando me necesita.

Epílogo

Esta temporada, Ibiza Style organizará una fantástica reunión en Km5 en la que dos leyendas de la radio vuelven haciendo equipo: Emperor Rosko y Royal Ruler. Será el próximo 9 de Junio. ¡No os lo perdáis!

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