Desde los 16 o 17 años veraneaba en Formentera con amigos. Para Daniel Carbonell Heras, conocido mundialmente como Macaco, Ibiza era un mero lugar de paso, aunque cree que ahora se encuentra en un momento interesante: “En la isla hay muchas ganas de música en vivo, algo que le da mucha verdad a la isla y la hace brillar. Hay cosas de música electrónica que me gustan, escucho todo tipo de música, pero el concepto discoteca no es lo mío.” Afirma tener ganas de conocer mejor Ibiza, en gran parte, a consecuencia de la creación del sello y promotora House of Frecuency por Diego Torán, su manager y gran amigo. “Diego y yo hemos trabajado juntos unos 20 años. Él era director artístico de EMI y yo tenía un sello independiente y pequeñito, Mundo Zurdo, y empecé a hacer acuerdos con otras discográficas. Cuando se fusionó EMI él se vino de manager mío. Tenemos una relación muy de familia, él es músico, nos conocemos muy bien y está implicado en cada detalle.”

Precisamente, es en la preciosa finca de House of Frecuency donde entrevistamos a este artista poseedor de un característico estilo mestizo y vitalista que esta misma noche desplegará en Las Dalias. “Con Dalias hay una relación muy bonita, siempre he tocado allí, tenemos súper buena onda, es un lugar muy mágico”. Para Macaco cada actuación allí es como jugar en casa, y esta vez también conquistó alternando temas bailables con otros más íntimos: “Me gusta leer el lugar, y dónde pones cada canción en un concierto es fundamental. Soy muy ‘monkey’, me encanta bailar, pero si de repente bajas el ritmo captas la atención de la gente, y en ese vaivén de sensaciones es donde realmente me encuentro más cómodo.” A Macaco le gusta sorprender y plantearse retos constantemente y es que: “Nunca me han gustado las etiquetas”.

Llega cansado pero feliz de una gira por Latinoamérica que califica de mágica: “he sentido que enseñaba muchos colores diferentes”, y tiene por delante unos treinta conciertos este verano, pero su cabeza baraja otra enorme cantidad de planes. “Tengo varios proyectos visuales-sonoros, aún medio secretos, pero para los que estamos hablando con varias plataformas importantes. Durante la pandemia escribí una historia de realismo mágico que quiero co-dirigir, sobre un niño y un piano de cartón, una trama circular que tiene que ver con la naturaleza, y la isla da mucho juego para rodar esto. Pero quiero ver cómo lo hago porque es muchísimo trabajo y quiero tener libertad artística. O luego igual lo dejo todo y me meto en una cueva en Ibiza a meditar”, concluye riendo.

Tiene también entre manos otro interesante proyecto que combina música e imagen, pero del que nos pide discreción. Además, quiere configurar tres formaciones diferentes, una con su hermano de vida y guitarrista Tirta, con quien ha estado pensando posibles canciones estos días, otra de medio formato con los músicos que ha traído ahora a Ibiza, y otra para los grandes festivales. Tampoco descarta sacar un nuevo disco pronto, ya que tiene muchas canciones guardadas, “como ‘Veo, Veo’, que es el tema más cañero que he hecho en mi vida, medio rapeado”.

Hablamos también de su último disco, ‘Vuélame el corazón’, un trabajo conceptual muy diferente a discos anteriores, que “trata sobre las relaciones en el amor y los distintos puntos de vista en torno a él, o los distintos estados por los que todos y todas podemos haber transitado alguna vez en una relación. Desde la efervescencia del principio cuando conoces a alguien con ‘El bicho del amor’, hasta ‘Recuerdos’, con Valeria Castro, que es el eco de una relación pasada, pasando por ‘Quiéreme bien’ que habla del amor consciente, o ‘Me lía’, que es un tío que quiere algo más y ella solo quiere un rollo…”

A pesar de tantos años, tanto trabajo, tantos proyectos, Macaco sigue amando lo que hace: “Me gusta tocar en todo tipo de escenarios y contextos. Si no me lo siguiera pasando bien, no haría conciertos.” Y añade: “Vengo de una familia con muchos vaivenes económicos y me he tenido que buscar las castañas desde muy chiquitito. Empecé tocando en la calle no como una obligación, sino como una elección maravillosa y de ahí fui creciendo con este ‘boca-oído’ que ahora llamamos viralidad. Me considero un privilegiado porque hago lo que quiero, con muchísimo trabajo, eso sí, soy un hiper currante, nadie me ha regalado nada”. Famoso por su compromiso en todo tipo de causas sociales y medioambientales, afirma estar en un momento en que quiere posicionarse con lo artesanal: “Es una declaración de principios. Estamos en un momento de inmediatez, todo es para aquí y ahora. Yo quiero masticar, no tragar. Estoy justo haciendo una canción sobre esto”.

Tantos años dedicado al arte y tantos proyectos por delante nos hacen preguntarnos qué metas pueden quedarle a Macaco por cumplir. “Siempre hay sueños por cumplir. Me gusta rascar en lo intangible y traerlo a la tierra con amor y trabajo, pero me quedan muchas cosas por hacer en la vida…estar un año perdido en una isla, por ejemplo…”. Queda claro tras la entrevista que Ibiza entra en sus planes: “Me gusta mucho el norte, lo quiero conocer y recorrer más. Durante la pandemia, el segundo año, alquilamos una casa con unos amigos y estuvimos casi tres semanas aquí y me iba con la bici eléctrica recorriendo la costa y flipaba”. Y afirma rotundo: “Me vais a ver más por aquí, me apetece crear aquí”.