Uno se imagina a la joven Catherine Britton vagando por las históricas calles de Viena, rodeada por los fantasmas de Strauss, Mozart y Beethoven. ¿Qué habría pensado entonces si hubiera sabido que un día ella también sería famosa en su ciudad gracias a la música?

Hoy Cassy es una de las DJs más excitantes del planeta. Una DJ de raza, que puede leer a una audiencia en segundos… y darle lo que quiere sin pervertir su discurso. «Para mí es muy importante conectar con la pista de inmediato. Los DJs estamos en la industria del entretenimiento, muchas personas pagan por vernos y se merecen disfrutar de la mejor versión de nosotros mismos siempre».

La vida sonríe a Cassy en la actualidad. Ahora es una dama al control de su vida, tras años viviendo por Europa en ciudades como Berlín e Ibiza. Acaba de terminar un álbum coproducido con la leyenda estadounidense King Britt, disfruta de dos súper residencias en la isla (Circo Loco y Music Is Revolution de Carl Cox), en otoño se mudará a Nueva York, y lo mejor de todo… ha sido madre de un bebé. «Tengo suerte porque he estado acostumbrada a no dormir durante muchos años, por lo que no ha sido un problema adaptarme a su ritmo. Y él me ha ayudado a centrarme ¡Necesitaba un poco de orden en mi vida!».

Era 1975 cuando Cassy dejó Inglaterra y se mudó a Viena con su madre austríaca y su padre caribeño. Después de insistir en ir a un colegio de chicas para no distraerse con los chicos, Cassy estudió música antes de explorar el teatro y la interpretación. Eso fue antes de descubrir el canto y convertirse en DJ. Y fue precisamente lo último lo que le llevó a conseguir una residencia en el famoso Panorama Bar, en Berghain.

¿De dónde te viene el lado creativo?, le pregunto. ¿Es heredado de tu familia o es ‘algo sólo tuyo’? » Ja ja… ¡Es una buena pregunta! Provengo de una familia muy aventurera pero creo que es justo decir que he heredado los genes artísticos de mis abuelos. ¡Adorable… pero muy loco!

Me despido de ella recordándole un anécdota de hace un par de años cuando el lord del techno Carl Craig le preguntó que haría si le regalaran 100.000 dólares. Cassy le respondió que los invertiría en comprar un Porsche vintage. ¿Sería la misma respuesta en 2015? «Oh, dios mío, claro que no. Ese dinero iría directo a un fondo para pagar la universidad de mi hijo ¡Eso es mucho más importante que un coche caro!» Ven lo que quiero decir… Control total sobre la vida. También en la pista de baile.

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