Boutique Hostal Salinas se puso en venta en el verano de 2021. Se trata de un local icónico y muy querido por la comunidad de Ibiza desde su apertura, pero que arrastraba las heridas del abandono tras el cierre forzado por la pandemia, hasta que cayó en manos de Elisabetta Caraccia, una antropóloga italiana, y su marido, un actor norirlandés. Ellos han insuflado nueva vida a este edificio y han llenado el lugar de una energía que hay que experimentar. Así nació una nueva visión.

Al poner un pie en el puente sobre el estanque azul celeste, no puedes seguir caminando sin pararte a observar las diversas obras de arte de inspiración urbana, como un Mago de Oz, un carrusel, una cascada, pequeñas maravillas de pintura en 3D, un salón chill out de otro mundo que te cautiva y te deja boquiabierto. Se necesitan unos diez minutos para recorrer los veinte metros hasta la recepción, donde un personal servicial y en paz consigo mismo te dará una cálida bienvenida.

En cuanto «Hostal Madrina», como se llama a sí misma Elisabetta Caraccia, aparece para nuestra charla, me queda claro quién es la responsable de este ambiente tan agradable y único.

Estoy emocionado, digo, casi sin palabras, algo que rara vez me ocurre. Ella se ríe, porque probablemente no es la primera vez que lo oye: «Gracias, estoy muy contenta”. Entras y estás en otro mundo, es… No encuentro las palabras, añado. Sus ojos azul acero brillan: «A veces tampoco sé cómo lo hicimos, ni qué es. Siempre está cambiando, no planeamos mucho, sólo sabemos en qué dirección queremos ir y dejamos que se desarrolle. Es un proyecto continuo y siempre lo será; nuestro concepto no es un concepto, hacemos lo que sentimos que es correcto».

Entonces, ¿por qué lo hizo? «Como he dicho, no puedo explicarlo racionalmente. Tampoco me interesaba seriamente, sólo curioseaba. Pero cuando estuve aquí, sentí que este lugar me atraía energéticamente, como si nos necesitáramos de alguna manera. Créeme, cuando me hice cargo era obvio que necesitaba mucho amor y visión para resucitar, no parecía una mina de oro. De todos modos, no lo hice por eso. Esta isla me ha dado mucho desde que aterricé en ella por primera vez al final de mi adolescencia, y aún más desde que me mudé aquí hace 14 años. Vi el hostal boutique como una oportunidad para devolver todo eso a la comunidad ibicenca y compartir con un público más amplio lo que aprendí en el camino, poniendo en marcha algunas de mis visiones y creencias. Así que invertimos y sólo entonces nos preguntamos: ¿qué vamos a hacer con esto ahora?» (risas)

Después de dejar pasar unos días para asumir el impacto de la compra, Elisabetta supo de repente por qué la vida la había llevado hasta aquí. «Para que lo entiendas, tengo que explayarme un poco, ¿te parece bien, Sascha?». Por supuesto, por favor, hazlo, dije. «Después de graduarme como antropóloga, compré un autobús inglés de dos pisos de color naranja de 1959. Viajé desde muy joven y alimenté mi pasión por la humanidad y las diversas culturas. Siempre he reconocido la bondad intrínseca de las personas y nunca he creído en las fronteras o la separación. Quería compartir este sentimiento mío a lo largo y ancho del mundo y sentí que el arte y la creatividad eran los mejores medios para lograrlo. Así que tuve la idea de subir a varios artistas al autobús conmigo. Nuestro lema era: «Viajando a la velocidad de la vida. Encontrando más razones para amar el mundo y su gente». Y viajamos juntos por el mundo. ¡Imagínate qué aventura! Antes de darme cuenta, tenía una unidad móvil de producción de música y vídeo sobre ruedas».

Allí donde paraban, jugaban, y conocían a otras personas afines que se subían a bordo. Otros se enamoraban en un lugar, se quedaban allí y dejaban espacio para nuevos tripulantes. «Iban y venían. Llamé a este proyecto ‘Human Web’ (red humana), porque literalmente lo era. Nos pusimos en marcha, sin planes, llenos de entusiasmo, y visitamos los países que siempre habíamos querido ver. Atravesamos los Balcanes y llegamos a Turquía, y fuimos recibidos con mucho amor y entusiasmo en todas partes. Nuestro autobús era un crisol de músicos, DJs, pintores, bailarines, actores, artistas callejeros, escultores, todos los tipos de artistas que puedas imaginar. Incluso había un físico a bordo que daba conferencias ocasionales sobre el tejido de la vida, a lo largo del camino»

Elisabetta continúa: «Todo lo que he hecho en mi vida se ha basado en intuiciones y autenticidad. Me encanta estar rodeada de gente y asegurarme de que todo el mundo está bien. No soy una empresaria, eso no me inspira. Por eso siempre me he centrado en la causa, y nunca en el beneficio».

Hay que señalar que Elisabetta es también una valiente activista medioambiental y forma parte del consejo asesor de ‘Ibiza Preservation’, con el que entró en contacto en 2014, cuando una comunidad ibicenca unida impidió que la petrolera escocesa Cairn Energy instalara plataformas petrolíferas a 40 kilómetros de Ibiza y Formentera.

«Tenemos que proteger nuestra naturaleza, y eso empieza por evitar, en la medida de lo posible, comprar productos que provengan de corporaciones multinacionales, y alejarse de la cultura del despilfarro y del deshecho irreflexivo. La mayor parte de lo que la gente tira todavía puede ser utilizado o reciclado, nada es inútil. Y esta es la razón por la que hice del up-cycling una característica importante de Boutique Hostal Salinas. Para demostrar que se puede hacer arte de los restos o de los residuos de plástico, y algo hermoso y útil de algo supuestamente feo e inútil. La basura sólo existe donde hay falta de visión, de creatividad. Y los artistas implicados, procedentes de todo el mundo, aportaron su visión y su incomparable energía, y eso es algo que la gente percibe en cuanto entra aquí».

Hostal Boutique Salines

Ctra. Sa Canal de Ses Salines, km5

07818 Sant Jordi

+34 647 912 906

www.boutiquehostalsalinas.com