El 4 de Julio, seis miembros del equipo de Ibiza Style embarcamos rumbo a Formentera. Ibiza Global Radio celebra un evento allí, así que decidimos chequear el Hotel La Savina y su última propuesta, Sunset Emotions. Situado tan sólo a diez minutos a pie del embarcadero de ferries, La Savina es propiedad de los hermanos Jordi y Pau Marí, cuya bisabuela, una pionera en la isla, comenzó alquilando habitaciones aquí en la década de los años 40. Ahora el hotel está reconstruido, cuenta con 39 habitaciones, un fresco salón con cómodas sillas, una terraza comedor muy elegante, y playa propia con vistas a la laguna conocida como Estany des Peix. Cuando ves el ambiente con clase que han creado, pruebas su excepcional cocina o te tumbas en una cama en la playa para admirar la puesta de sol mientras suenan los mejores sonidos baleáricos, te das cuenta de que Jordi y Pau han logrado convertir un sencillo albergue en uno de los lugares más cool de la isla. Ya sea para descansar, comer o divertirse.
Antes de que la fiesta se ponga en marcha tengo la oportunidad de charlar con el chef Sandro Gonzales. Nativo de Barcelona, Sandro es un cocinero entusiasta y autodidacta, que se curtió en el reconocido restaurante Dom en Castelldefels. En palabras de Sandro el objetivo de su cocina es «combinar sabores y texturas para sorprender a los comensales». Un vistazo al menú, donde el énfasis está en la cocina de autor y que incluye una gama exquisita de carnes, pescados y platos vegetarianos y veganos (su especialidad), confirma su enfoque único. Nada mejor para ejemplificar su propuesta que su plato bio-orgánico «Micro huerta», pruébenlo y entenderán lo que quiero decir. Tampoco es de extrañar el lema que luce en la portada de su menú: «La cocina es un lenguaje».
Sobre las 20h comienza la fiesta Sunset Emotions con el DJ inglés Tom Crane ofreciendo un set de minimal vocal desde la cabina a ras del mar. La playa, que cuenta con su propio bar de bebidas premium, comienza a llenarse de gente procedente de todo el mundo con ganas de pasarlo bien. En la mesa de Ibiza Style nos tratan con mojitos, vodka Cîroc y deliciosos aperitivos como los nuggets de pollo frito en jengibre y ceviche de langosta al estilo mediterráneo. Tomamos los últimos rayos del sol, las palmeras se mecen suavemente, una ligera brisa acaricia la superficie del agua, las chicas guapas bailan en la arena… Fácilmente podríamos pensar que estamos en cualquiera de los beach club de moda en Ibiza.
Regreso a la terraza, suavemente iluminada, con ganas de saber más acerca de la variedad de bebidas que ofrece el hotel. Pau me muestra la amplia carta de vinos internacionales y me habla del Champagne Decibel -el extraordinario champán francés elaborado en Ibiza- y de su limoncello hecho a partir de una receta familiar y que han bautizado como «Formencello». Con el cielo nocturno iluminado por las estrellas, las mesas del comedor repartidas entre las palmeras, los cactus, las enredaderas y un árbol ombú tropical presidiendo el lugar, el Hotel La Savina es uno de los enclaves más románticos para cenar en Formentera.
Siento que la música cambia, paseo de nuevo por la playa y me siento estupendamente. Ana Tur, top DJ y directora de Ibiza Global Radio, entra en escena con su particular marca sonora: profundos latidos baleáricos y un groove irresistible. Para ella esta propuesta… «es un momento para el alma, para sentir la libertad en la arena y disfrutar de un ambiente fantástico». Si alguien tiene una definición mejor del espíritu del atardecer en estas islas, que venga y me la cuente. Mientras, el sol se hunde en el horizonte, la gente baila frente a la laguna, disfrutando de este precioso momento que sólo es posible vivir en las Baleares.
Son las 23h y la fiesta ha terminado. Nos despedimos de Jordi, Pau y el personal que ha hecho de nuestro viaje a la menor de las pitusas todo un éxito, y tomamos el último barco para volver a casa. Al bajar de la pasarela en el puerto de Ibiza, me detengo un momento admirando la vista de Dalt Vila bañada en la luz de luna. Al hacerlo, no puedo evitar preguntarme si hemos sido testigos del nacimiento de la cultura del beach club en la playa de Formentera. O quizá… lo que hemos vivido es algo mejor, toda una declaración de autenticidad e independencia.