Conseguir que la luz natural penetre en todos los rincones de esta casa ibicenca ha sido el principal objetivo de este proyecto. El resultado es una vivienda en constante comunicación con el paisaje exterior, que se define por su gama tricolor en blanco, gris y rojo, y en la que se apuesta por los espacios amplios. Un lugar donde vivir relajadamente y disfrutar de la bella luminosidad balear.
Este proyecto ha consistido en la reforma de una vivienda con más de treinta años de antigüedad, ubicada en una finca agrícola de Ibiza, que se caracterizaba por su humedad y oscuridad. Por ese motivo el objetivo principal del arquitecto Jaime Serra ha sido el de recuperar la luz en toda la vivienda, y corregir la deficiente orientación que tenía la casa. Para ello se abrió la casa tanto a norte como a sur y se ha convertido el espacio de salón-comedor, un lugar en simbiosis con la jardinería, que otorga protección y luz solar en invierno y resguarda de su exceso en verano, al mismo.
En el exterior se ha configurado una amplia piscina, rodeada por grandes palmeras y vestida en el color blanco. Además, se ha aprovechado el desnivel entre la terraza para situar un rincón lounge, desde donde se tiene una vista de la casa, la terraza y el jardín.
La carpintería exterior de aluminio lacado en negro otorga profundidad a las fachadas y define los interiores, definiendo un espacio limpio de estilo contemporáneo.
Un acceso asoleado conduce al interior de la vivienda, permitiendo acceder al salón mediante escaleras de cemento paleteado empotradas en la pared.
El interior de la vivienda se caracteriza por su peculiar distribución y por su cuidado interiorismo, obra de Jean Marie Surcin, dueño de la casa. En la planta baja un gran salón comedor se sitúa frente a la piscina, por lo que desde él se puede disfrutar de las vistas y de la gran luminosidad natural que baña el espacio. Junto a esta zona, encuentra la cocina, configurada con una isla de cocción central y con mobiliario realizado a medida en cemento paleteado a mano y lacado antracita.
La doble altura del salón-comedor amplia visualmente el espacio, ya de por sí de grandes dimensiones. El acceso al piso superior se realiza a través de una escalera con barandilla realizada con cables Dyform de acero inoxidable marino, con tensor de seguridad. En la primera planta se encuentran dos dormitorios, ambos de tipo suite. La vivienda también dispone de dos anexos, separados del cuerpo principal de la construcción, que alberga dos suites más.
Arquitectura: Jaime Serra
Interiorismo: Jean Marie Surcin