“Llegué a Ibiza de casualidad y me enamoré de ella”, recuerda Natasha Collis mientras nos sentamos en el edificio de 400 años cerca de la catedral de San Miguel que ha convertido en su taller y tienda de joyas. En Londres ya tenía una exitosa empresa de diseño de joyas, y sus delicadas y elaboradas piezas se vendían en tiendas famosas, como Liberty’s en Londres y Barney’s en Nueva York, por nombrar algunas. Natasha, natural del norte de Londres, lleva el comercio en la sangre; su abuela fundó las boutiques de moda Browns, en Londres, y sus padres la marca británica de perfumes Molton Brown.

Pero ella siguió su propio camino; había algo en la isla que le llevó a mudarse con su hijo de dos años y abrir su primera y única tienda, y una página web.

“Me dije a mí misma: si voy a hacerlo (abrir una tienda), necesito el espacio y la tranquilidad para crear. La ubicación era muy importante y me encantaba la idea de que la gente se encontrase la tienda de casualidad, o casi de casualidad, cuando estaban de vacaciones, y vieran que todo es artesanal y está creado en el estudio. La tienda es preciosa, me llegó al alma, y eso es algo realmente importante para el proceso creativo”.

Nos cuenta que anteriormente fue una oficina de correos y una comisaría de policía; “aún se pueden ver los ganchos originales donde los policías colgaban sus bicicletas de las vigas”.

Recurrió a la interiorista Olivia Lichtig para la decoración y ella eligió vitrinas acordes a la historia del edificio, piezas que contaran una historia y estuvieran en armonía con las paredes centenarias. Los diseños de Natasha son únicos y están hechos a mano por ella, entre las tranquilas montañas del norte de Ibiza.

Describe su joyería como sostenible, ya que utiliza oro reciclado y piedras extraídas de forma ética. Todo está hecho en oro de 18 quilates y piedras preciosas como diamantes, esmeraldas y zafiros, y ha desarrollado su propia técnica para crear un estilo de joyería único en sus anillos, pulseras, collares y brazaletes.

“Doy forma al oro, a cada pieza de oro”, nos explica describiendo la base de su trabajo como si creara pepitas. “Cuando ves una pepita de verdad en un río, se ha formado durante años, con el agua puliéndola de una manera muy orgánica. Yo hago lo mismo, ése es mi sello, con diamantes engastados muy delicadamente, o a veces con piedras más grandes. Es una técnica que he creado para dar forma al oro, pero puede llevarme horas lograr la forma correcta. Armonizo la forma del oro con la forma de la piedra. Me encanta lo que hago y me encanta crear estas piezas únicas”.

Natasha estudió Bellas Artes en Londres y quería ser pintora, pero ahora puede aprovechar esos estudios al desarrollar sus diseños de joyería. “Encontré mi medio de expresión en la joyería; quizás vuelva a pintar, quién sabe. Pero soy muy feliz creando joyas, es como me siento más creativa. No creo haber tenido nunca un bloqueo aquí, mientras que en Londres sí lo tuve”, ríe.

Natasha está llena de ideas para sus joyas y aprovecha lo mejor de la isla que adora. “Ha sido toda una aventura llegar hasta aquí, no siempre fue fácil, pero me siento muy afortunada y privilegiada de vivir aquí y de hacer lo que realmente me gusta. Ahora estoy disfrutando algo más de viajar, pero lo mejor es la vuelta a casa, una aprecia la vuelta a esta preciosa isla incluso más”.

Natasha Collis

Carrer de Missa 5

07815 Sant Miquel

www.natashacollis.com

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