Las entradas se habían agotado días antes, pero eso no impidió que muchísimos aficionados sin ella se congregaran igual en los bares y alrededores de la explanada de Las Dalias donde Manu Chao ofreció el pasado 1 de mayo su primer concierto en Ibiza. Pocos artistas (salvo los Djs más mediáticos) pueden presumir de provocar tal tumulto en Ibiza. San Carlos estaba literalmente tomado por gente de todas las edades y nacionalidades, exultante y dispuesta a pasar una noche inolvidable bajo una luna casi llena, bailando al son del inventor de la patchanka, esa original mezcla de rock, reggae, punk, ska y rumba llena de ritmo y alegría.
Y los fans no fueron defraudados. Manu Chao dio un conciertazo de casi tres horas donde no faltaron, junto a temas menos conocidos, los grandes himnos de su carrera en solitario y de los tiempos de Mano Negra como “Clandestino”, “Welcome to Tijuana”, “King of Bongo”, “Mala Vida” o “Lágrimas de Oro”.
Acompañado de los grandísimos músicos de su banda La Ventura, este icono musical lleno de inagotable energía llegó a ofrecer casi una hora de bises a un público totalmente entregado que respondió con botes, gritos, euforia y mucho bailoteo. Tampoco faltaron referencias reivindicativas a los desaparecidos en México, los muertos del estrecho de Gibraltar, al pueblo saharaui o a las semillas transgénicas de Monsanto.
El de Manu Chao está llamado a ser un concierto “histórico”, de esos que se comentarán durante años en Ibiza, el perfecto pistoletazo de salida a las celebraciones del 30º aniversario de Las Dalias, que volvió a demostrar su increíble capacidad organizativa y de convocatoria