El viaje personal de Nastia hacia la cumbre de la escena de la música de baile underground se inició en su país de origen: Ucrania. «El pueblo en el que crecí es como una gran familia», asegura. «Hoy en día la gente vive en las redes sociales. Puedes escribir algo malo en un muro de mensajes y no hay repercusiones. Pero al crecer en un pueblo, una se siente responsable de todo lo que diga. Si en la ciudad te equivocas y pierdes a tus amigos, puedes encontrar gente nueva para entablar amistad al día siguiente. En un pueblo no es así. Si hablas mal de alguien puede venir a tu casa a pedirte explicaciones… y tienes que asumir la responsabilidad de tus palabras. Creo que haber crecido en un pueblo configura buena parte de mi personalidad. Se obtiene una buena educación básica».

En la actualidad Nastia vive en Kiev, capital de Ucrania. A pesar de la reciente agitación política en toda la región, la ciudad se ha convertido en su hogar. «Tenía la opción de trasladarme a Berlín o Nueva York», explica, «pero me siento genial en Kiev. Después de la revolución, la ciudad ha vuelto a la normalidad. El desorden se ha trasladado a la península de Crimea y la parte oriental de Ucrania. Pero en Kiev la vida es tan segura como antes».

Después de la revolución Euromaidán de 2014, muchos ucranianos perdieron sus puestos de trabajo, mientras que su moneda, la grivna, caía fuertemente frente al euro, perdiendo tres veces su valor anterior. «Si querías contratar a un artista para tu fiesta, tenías que pagar tres veces más en moneda local y elevar el precio de la entrada. ¡Tuvimos que cambiar muchas cosas! Sin embargo, hoy Ucrania tiene la escena de baile más fuerte que puedo recordar. Es como Gran Bretaña a finales de los 80s. Ahora, la generación más joven de Ucrania está siguiendo el mismo camino».

De hecho, la reciente revolución parece haber encendido una floreciente escena en el país. Los jóvenes, como toda generación desafectada, buscan consuelo en el placer hedonista. «Por supuesto, hemos vivido algunas desventuras por culpa del conflicto, pero también han sucedido cosas buenas. Las generaciones más jóvenes están comprometidas con la cultura techno. Visten al estilo raver y hacen de su outfit algo especial. Es todo muy elegante. Y acabamos de abrir un nuevo y sorprendente club en Odessa, al sur de Ucrania. Tiene el mismo feeling que Berlín a principios de los años 2000, con buen sonido, suelo de madera, techos bajos, además de libertad y seguridad dentro del lugar. Junto con Kiev, es la ciudad del país de referencia para salir de fiesta.

Otra consecuencia interesante de la revolución es que las fiestas y festivales en Ucrania están, en cierto sentido, sin regular por la ley – lo que significa que la música sigue sonando hasta que el público, literalmente, deja de bailar -. «Actualmente no hay leyes que regulen la escena», sostiene Nastia. «No hay límites. En mi fiesta, por ejemplo, empezamos el sábado a las 18h y terminamos el lunes a las 06h de la mañana. Hay sentimiento de comunidad: ravers, promotores, propietarios de clubs, todos estamos conectados y se respira mucha libertad. Es una situación única».

Este verano Nastia actuará en Circoloco (DC10) y Cocoon (Amnesia). También la puedes escuchar en Ibiza Sónica Radio todos los lunes hasta el 26 de Septiembre.