Santa Eulària des Riu, una ciudad a orillas del río. El hecho de que se trata de un cauce seco puede provocar más de una sonrisa burlona. No obstante, si nuestro hipotético burlón siguiese el curso del río, terminaría convencido de su significado histórico y de los tesoros culturales que bordean sus orillas.

IBIZASTYLE_RUTADELRIO-007No en vano, sirvió hasta el siglo XVIII para que los campesinos regasen sus campos limítrofes y ayudó a los molineros a impulsar sus molinos de harina. Con el auge del turismo, la agricultura dejó de ser popular ya que, en definitiva, la industria hostelera y gastronómica aportaba más dinero. La excesiva explotación de las fuentes de agua debido a la mayor demanda asociada al aumento del número de turistas provocó la desecación completa del río allá por el año 1975.

En ocasiones, el municipio de Santa Eulària organiza visitas guiadas, pero el paisaje del río también se puede explorar por propia iniciativa. Desde la plaza del ayuntamiento, el sendero conduce por delante del viejo pozo «Pou de Baix» hasta el paseo marítimo con su fuente en forma de rosa de los vientos. En este punto, la atención la acaparan las posidonias y su importancia para el ecosistema del Mediterráneo. Desde aquí se sigue hasta el antiguo puente «Pont Vell», cuya leyenda afirma que pudo ser construido por el mismo diablo.

«Según la mitología ibicenca, en la noche de San Juan, del 23 al 24 de junio, hay que ponerse a medianoche debajo del puente, recoger una flor y ponerla en una botella negra…»

… de la flor acabará saliendo un «Fameliar» (duende) que servirá de ayuda para hacer frente a las tareas difíciles.

En el museo al aire libre Can Planetes, una casa de labranza restaurada, se mostrará ante los ojos del paseante cómo utilizaban los campesinos el agua del río para hacer funcionar su molino de harina, el «Molí de Dalt». Los molinos de este tipo, como el d´Enmig, el d´en marge y el de Baix, son probablemente de la época de al-Ándalus (710-1492). Su origen data del siglo X y se detuvieron finalmente hace unos 50 años. El paseante debe subir a 56 m de altura para llegar a la siguiente parada, el Puig de Missa, con su iglesia fortificada del siglo XVI. De camino hacia allí, el Museo Etnográfico alojado en la antigua Finca Can Ros expone vestimenta y joyas tradicionales de los ibicencos, menaje doméstico, instrumentos musicales, armas y objetos personales.

Si desde aquí se vuelve la vista hacia la vega del río, se puede recorrer nuevamente el trazado de la ruta.

Más información:

L´horta de Santa Eulària y Al voltant del riu de Santa Elària se pueden ver en el Centro de interpretación Can Planetes. Documentales con guión del historiador Antoni Ferrer Abárzuza.

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