Charles Michel es un innovador e inspirador chef profesional franco-colombiano que estudió en la escuela de cocina del ‘Institut Paul Bocuse’ en Lyon, Francia, en 2006, y después trabajó en varios restaurantes con estrellas Michelin, que nos cuenta eran casi como un entrenamiento militar, técnicamente muy exigente en el aprendizaje de la habilidad y precisión. Después de 3 años regresó a Colombia y buscó el potencial de los productos y la cultura de América Latina, además del efecto que podría tener en su cocina. Después de unos años conoció a un profesor de Oxford, Charles Spence, que le dio ideas de cómo utilizar la ciencia sensorial y la ciencia del cerebro para inspirar y experimentar cómo afecta la comida a nuestros sentidos. Esto se deriva de su idea de crear una ensalada que se presentó como una pintura de Kandinsky. En la Universidad de Oxford, juntos empezaron a investigar el impacto de la estética visual en la percepción del sabor, y de hecho, se suponía que debía estar allí sólo un par de meses, pero ya es su tercer año como chef residente en el Departamento Experimental de Psicología. Ahora colabora con el profesor Spence en una extensa investigación sobre la estética de los alimentos y aplicando esta investigación a diferentes temas en general.

Durante su estancia en Oxford ha ganado una mayor comprensión de cómo la mente percibe la belleza y el significado mediante la integración de la información de todos los sentidos. Nos cuenta que esas percepciones se pueden aplicar a diferentes tipos de experiencias, no sólo a la comida. Lejos de la universidad tiene otros proyectos en curso que incluyen la creación de una marca de utensilios para comer, usando un nuevo paradigma de diseño, lo que permite que uno comience a replantearse la forma en que nos relacionamos con los alimentos y con los utensilios para comer, deshaciéndonos del tenedor por ejemplo, y cómo el uso de diferentes materiales puede mejorar el placer de la comida. Charles explica que está muy interesado en ir más allá del entorno del restaurante para encontrar otras plataformas, explorar el poder de la comida y transmitir bienestar, más allá del puro placer de comer.

Otra pasión es el arte, que como Charles explica, tradicionalmente se ha mantenido en los museos y galerías. Sin embargo, aunque generalmente ha sido diseñado para ser visto, dice que tenemos más de cinco sentidos, y que hay formas de crear contenido emocional, un contenido potente que está mediado por el olfato, el tacto y el gusto, nuestros sentidos más próximos. Cree que se está rompiendo una hermosa frontera entre la comida y el arte, y que la comida está en el centro de algunos de los temas más importantes de las próximas décadas, especialmente si nos fijamos en cómo los humanos se relacionan con la naturaleza. Lo que comemos todos los días es la forma más directa de interaccionar con la naturaleza usando energía, proteínas y diferentes productos químicos para alimentar nuestro cuerpo y cerebro. Lo llama la ciencia de la percepción de los alimentos, y en la actualidad está interaccionando con músicos y artistas del cuerpo, gente de disciplinas diferentes para transmitir importantes mensajes sobre la estética de los alimentos y para diseñar experiencias que tienen un impacto social y ambiental más positivo.

Nos dice que debemos recordar que la comida tiene un gran impacto en nuestro estado de ánimo y comportamiento. Por ejemplo, hay una sustancia que está presente en muchas comidas diarias como el queso, la carne roja y el pavo; se ha demostrado que el triptófano afecta el comportamiento ético de las personas, por lo que Charles dice que si no recibimos suficiente triptófano, es posible que no nos comportemos como ‘moralmente’ deberíamos si tuviéramos una dieta rica en alimentos de este tipo. Dice que las cosas obvias como el café pueden hacernos eufóricos, pero él desea educar a otros acerca de la importancia de los alimentos y cómo pueden afectar a nuestro cerebro.

Otra gran preocupación son las Sustancias Psicoactivas y el hecho de que todos los días la mayoría de las personas consuman sustancias que pueden afectar y deprimir el cerebro. Explica que todo el mundo está bajo el efecto de lo que come o bebe cada día, desde el chocolate al alcohol, y algunos de estos alimentos se sintetizan y se usan de manera incorrecta, lo que puede ser peligroso, incluso algo tan simple como la nuez moscada puede matar si se come demasiada. En su investigación quiere desarrollar nuestra sabiduría acerca de los productos de uso diario, cómo afectan a nuestro comportamiento y la percepción de la vida.

En resumen, Charles dice que debemos darnos cuenta de que la cantidad de cosas que comemos afecta al mundo que nos rodea. Cree que nos estamos concienciando cada vez más de lo que cocinamos y consumimos, volviéndose cada vez más una preocupación mundial; además de cómo esto afecta a la forma en que nos relacionamos con los demás, el amor o el miedo extendido, y el vínculo con las personas que nos rodean. Realmente cree que los alimentos pueden ser una herramienta para la paz a la hora de educar a la gente a llevar una vida más satisfactoria y una relación más inteligente con la naturaleza y los demás seres humanos.

Un chef fascinante y progresista que creemos está abriendo la mente de las personas a una nueva manera de comer, cocinar y vivir.

www.charlesmichel.co

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