Fran Silvestre – Superar los límites de la arquitectura

The Sphinx, uno de los proyectos en los que actualmente trabaja Silvestre, de 46 años, es parte de esta constante investigación en torno a los límites. Esta villa de autor, proyectada con vocación de convertirse en un lugar de referencia en la costa norte de Egipto, ha sido reconocida por su enfoque innovador al explorar los límites estructurales del voladizo arquitectónico. La forma geométrica de una esfinge inspira este diseño, que conecta un volumen de dos plantas y techo plano con un piso más pequeño que se eleva a 15 metros del suelo. “Sabíamos desde el principio que era factible; no hay más que ver las estructuras utilizadas como elementos auxiliares en la construcción, como las grúas. Y en este proyecto lo hemos podido aplicar pues el propietario no buscaba mimetizarse con el entorno y deseaba un diseño muy singular”. El resultado, un trabajo audaz que aúna tres marcas del estudio también presentes en su famosa Casa del Acantilado: extensión espacial, proyección en torno a las vistas e ingravidez. Casa del Acantilado es un sorprendente proyecto en Calpe, Alicante. Está construida en una pendiente muy pronunciada y se diseñó en un solo nivel para que pareciera flotar en el aire. Tiene vistas al Mediterráneo con las zonas inferiores abrazando la piscina para conectar la propiedad con la temática del agua. La escalera baja sugerentemente hasta la piscina y el jardín. El edificio de hormigón está aislado del exterior y revestido de un suave estuco de cal blanca. Los demás materiales combinan con el blanco de las paredes para respetar la arquitectura tradicional de la zona.

Valentía, ingenio y conocimiento práctico. Estas cualidades forman parte de la familia del arquitecto valenciano desde que su tatarabuelo inventor, Valentín Silvestre, iniciara una saga de ingenieros que va por la quinta generación. Un antepasado ilustre al que reivindica con gusto, creador del locomóvil (una locomotora a vapor que no requería raíles) y la primera máquina de liar cigarrillos, entre otras invenciones. Un contexto que ha influido en él, igual que establecer su estudio en el Espai Alfaro, un espacio de 7.000 m2 donde se encontraba el antiguo taller de Andreu Alfaro, uno de los escultores españoles más relevantes del siglo XX. Poblado por grandes esculturas, “el lugar es un gran oasis de creatividad, lo que suma una visión artística a la parte técnica propia de la ingeniería. Ambas vertientes han influido en mí y en cómo concebimos la arquitectura en el estudio, pues nos gusta que el individuo pueda vivir en un hogar y al mismo tiempo ser parte de una expresión artística. Aunque sea inconscientemente, toda la capacidad de síntesis de la obra de Andreu Alfaro inspira al equipo”.

Debido a esta influencia, los diseños creados por Silvestre tienen mucho de escultura arquitectónica. También de belleza onírica, con detalles estéticos que pareciesen extraídos de un cuadro de Chirico o de Magritte. O de la abstracción geométrica. Pero si ponemos el foco en las influencias dentro de su especialidad, Silvestre lo tiene claro: “Debemos estar muy agradecidos por la colaboración con Álvaro Siza, Premio Pritzker, porque su actitud hacia el trabajo y la arquitectura ha sido conmovedora y determinante en nuestra formación. Otro arquitecto cuya obra y trayectoria me parece impresionante es Emilio Tuñón, pues al igual que Alfaro, tiene una gran capacidad de síntesis y abstracción. Para nosotros, es una gran referencia”.

El estudio de arquitectura y diseño de Silvestre, que ha recibido diversos premios y reconocimientos, integra un equipo multidisciplinar. Una suma de talento, trabajo y humildad que no se amilana ante los límites constructivos ni ante los nuevos retos que vendrán: “Habrá una nueva forma de habitar y vivir más consciente. Creo que las arquitecturas dejarán de existir tal y como las conocemos para ser más técnicas y biológicas”.