Hacer o renovar una casa es un proceso muy especial en el que es fundamental conjugar las necesidades y gustos del cliente y los aspectos estéticos y prácticos. El diseño ha de ofrecer solución y belleza, y la autenticidad siempre debe imponerse sobre lo que está de moda. Pero estamos tan absorbidos por el bombardeo constante de tendencias que acabamos perdiendo el sentido de lo que realmente nos gusta, nuestra propia identidad. “La esencia es más auténtica y genuina que una tendencia.” Rebeca Pérez pone sentido en todo ese maremágnum con proyectos que destilan armonía, estilo, belleza y confort.

Creadora de Tabula Rasa Design Studio, la diseñadora ibicenca Rebeca Pérez lleva 14 años creando hermosos espacios desde los planos hasta el mobiliario y la decoración, aunque sostiene que hay que “dejar espacio para lo que la vida pueda traer, la vida cambia (¡afortunadamente!) y es bonito poder ir adaptando una casa”.

Desde muy joven su desbordante talento creativo la embarcó en proyectos muy diversos. Estudió efectos especiales de maquillaje en Barcelona y trabajó en la televisión local, moda, videoclips y en varias películas. Más tarde estudió interiorismo en la Escuela de Arte de Ibiza. Durante 10 años estuvo en el Grupo Pacha diseñando decorados, vestuarios, tocados y hasta bisutería en todas sus fiestas, y, más tarde, restaurantes, boutiques y las franquicias Pacha en lugares como Moscú, Berlín o Brasil. Aquella época de trabajo intenso que recuerda con enorme cariño le enseñó a tener mucha mano izquierda y a lidiar con el estrés y la capacidad de improvisación y resolución que requiere un proceso de construcción, que “siempre es estresante porque son muchos trabajos y equipos coordinándose a la vez y hay tantas decisiones…siempre pasa algo”.

De Pacha se fue al quedarse embarazada, pasando a desarrollar proyectos más centrados en el interiorismo en Atlant del Vent con el arquitecto Jaime Serra, su pareja entonces y padre de sus dos hijos. Fue al separarse de Jaime, con el que mantiene una excelente relación familiar y profesional, cuando Rebeca fundó a finales de 2019 su propio estudio, Tabula Rasa, cuyo nombre se inspira en ese “borrón y cuenta nueva”. Un nuevo e ilusionante comienzo que coincidió justo con el estallido de la pandemia a principio de 2020, lo que no impidió que Rebeca estuviera ya proyectando en abril una cocina, confinada desde casa.

Desde Tabula Rasa, Rebeca apuesta por el uso de materiales naturales y artesanales – “lo artesanal tiene otro sabor”-, por una construcción sostenible que cuide nuestro frágil entorno, y por trabajar con empresas locales, con excelentes profesionales como Walter Baute de Herrería Salvador, las cerámicas de Magma Sólido, la carpintería de Albiol Modular, la jardinería de Marcos Tur o la domótica que provee Estudio Áureo. Como defensora de la importancia del confort, eso que no se ve pero que hace que todo funcione, es una apasionada de la domótica, que permite personalizar la luz o incluso los olores de un espacio.

A esta ibicenca de mente inquieta que afirma que su trabajo tiene bastante de psicóloga, se le iluminan los ojos hablando de cada uno de sus proyectos. El último, nos cuenta entusiasmada, la reforma del restaurante portugués con Estrella Michelin 100 Maneiras, del chef Ljubomir Stanisic. También nos habla del proyecto del que más orgullosa está, la casa Sa Mirada, hecha toda de hormigón enconfrado: “todo un reto, es como hacer una escultura, no te puedes equivocar”, y de que está deseando tener la oportunidad de aplicar el videomapping al hogar: “imagina estar cenando y que creciera una hiedra por la pared”.