Hay casas que están vivas. Y no sólo porque quienes viven en ellas les aportan vida y dinamismo, sino porque su arquitectura habla, su propia estructura y forma cuentan una historia y con sólo traspasar su puerta puede sentirse. Son casas que producen sensaciones parecidas a la contemplación de una bella obra de arte porque son edificios que tienen alma. El alma que les transmitió quien las pensó, quien las dibujó sobre un plano y quien detalló como debían ser: el arquitecto.

Ibiza cuenta con el honor de tener en su amplio catálogo de casas con encanto obras del arquitecto y pintor alemán Erwin Broner, quien se instaló en la isla a mediados de los años 30 del s.XX, huyendo de los horrores del nazismo. Aquí, enamorado de la arquitectura tradicional de la isla, supo conjugar los valores más representativos de las casas payesas, como son sus líneas rectas, sus contundentes formas y el blanco de sus paredes, con los aires de vanguardia y modernidad de la nueva arquitectura. Surgió así una línea personal de trabajo de Broner en Ibiza que ha dejado huella en numerosas construcciones de la isla y que pueden disfrutarse, a día de hoy, como bienes culturales. Por un lado, en el maravilloso enclave de Dalt Vila, en el acantilado de sa Penya, está la Casa Broner, casa-museo en la que poder hacer un recorrido directo por la obra del aclamado arquitecto alemán y recorrer los pasos que él y su esposa Gisela realizaron durante los últimos años de su vida. Pasear por sus estancias es revivir los momentos más personales de esta pareja que tanto influyó en la vida cultural y artística de la Ibiza de los años 60. Una arquitectura sobria, racionalista y contundente pero que esconde pequeños rincones que son un homenaje al hacer tradicional ibicenco: vigas de sabina, muros de piedra, el blanco de sus paredes…

Una conexión con el trabajo de Broner que se mantiene viva también en la casa del pintor Rafael Tur Costa y su esposa, la ceramista y pedagoga de arte Anneliese Witt que acaban de realizar una importante apuesta por la promoción del arte y la cultura en la isla: en su casa-estudio de Jesús, diseñada y construida por Erwin Broner en 1971, han realizado una importante ampliación del estudio para dar forma a un espacio llamado ‘Estudi Tur Costa’ a través del cual, su Asociación Cultural fomenta un entorno de creatividad y difusión del arte local e internacional. Con el gran respeto y responsabilidad que daba ampliar parte de la casa diseñada por Broner, catalogada como Bien Cultural, el arquitecto Marc Tur Torres, heredero de los primeros arquitectos de renombre que llegaron a la isla como Josep Lluis Sert y Broner, desarrolló un proyecto sugerido por el hijo de Rafael Tur, propietario de Ecodisseny, una empresa que se dedica al diseño de casa bioclimáticas. Aprovechando la orientación de la casa, de los muros y del terreno, se creó un proyecto nuevo comprometido, serio y riguroso, heredero de la tradición arquitectónica mediterránea pero con líneas modernas y la introducción de materiales naturales, dando una importancia máxima a lo biológico para que sea una residencia lo más ecológica posible. Con el orgullo de tener este legado sentimental y artístico de Broner, los Tur Costa junto a su hijo y el arquitecto Tur Torres dieron forma a un proyecto en el que se ha querido plasmar el amor y el respeto por la arquitectura de calidad,  para dar vida a la zona de Jesús en el que abundan las casas con jardín y espacios verdes. Una idea de residencia que busca conectarse con el entorno natural y fundirse con la naturaleza de Ibiza, y una oportunidad de oro para conocer, de primera mano, cómo el legado de Broner sigue vivo y actual. Casas para vivir y contemplar.