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Todo vuelve pero evolucionado, diferente, de otra manera. Un concepto reflejado en esos patrones que se repiten y al que David Reartes alude cuando admiramos los preciosos azulejos ibicencos del suelo de Re.Art, su nuevo local en Ibiza. “Son como las teselaciones de la vida, como dar un paso atrás para volver a avanzar”.
Ubicado en pleno centro de Ibiza, Re.Art es para David un sueño hecho realidad. Un proyecto al que lleva entregado los últimos tres años junto con dos buenos amigos: Joan, de Maderas Planells, y Jordi, del restaurante Sa Caleta. “Nos hemos juntado tres locos”. La idea inicial era tener un bar de tapas con un taller gastronómico en la planta superior, pero finalmente ambas ideas se fusionan convirtiendo Re.Art en un espacio gastronómico único desde el que desarrollar, crear y sobre todo disfrutar. Y es que, con 50 años cumplidos, este proyecto para David “es como un regalo que me hago a mí mismo”.
Una ilusión que se nota hasta en los más pequeños detalles, como los preciosos platos elaborados por el alfarero Toniet a partir de unos moldes ibicencos usados hace 50 años para hacer queso, o la imponente barra de madera de fresno, “son mis pequeños sueños gastronómicos”. Un restaurante diáfano y lleno de luz decorado con sencillez y buen gusto en el que todo remite a esa idea del taller artístico. Un espacio dinámico, informal y divertido, un restaurante sin privados que se convierte en una gran mesa cero donde probar, curiosear, y poder contemplar en directo el trabajo de este gran cocinero: “Para mí la alta gastronomía es esto”.
David mantiene la filosofía que lleva marcando durante años su cocina: platos sencillos a base de un producto excelente en su gran mayoría orgánico y de km 0 por un precio asequible. La carta, en la que habrá algunos platos fijos y mucho espacio para la creatividad, se basa en tapas tradicionales a las que David da una vuelta de tuerca: desde patatas bravas a suquet de espardeñas con cresta de gallo, pasando por las imprescindibles croquetas, calamares, mejillones en escabeche de citró de matanza, ensaladas, carnes…todo lo que puedas imaginar, en versión tapa: “Yo quería un bar de tapas cañí”. El equipo está formado por camareros que son al mismo tiempo cocineros, “eso tiene un plus porque quién mejor te va a poder presentar o explicar un plato, o saber qué vino combina mejor con él”. Un equipo nuevo y altamente cualificado con profesionales llegados de restaurantes hasta con 3 Estrellas Michelin: “Me gusta rodearme de gente que pueda aportarme para crecer, la verdad es que tengo un equipazo”.
David lleva 30 años dedicado a la cocina. Una pasión que su madre, gran cocinera, bohemia y bonne vivante, le transmitió llevándolo a los mejores restaurantes del mundo: “la enfermedad esta que tengo es por culpa de mi madre”. Con ella, siendo adolescente, madrugaba los sábados para ir a un restaurante de la zona industrial de Barcelona a desayunar callos, cigalas a la brasa o angulas. Algo que recuerda con viveza y cariño y que el chef pretende plasmar en Re.Art ofreciendo también unos originales desayunos de cuchara.
La coctelería será otra de las grandes apuestas de Re.Art, con cócteles muy divertidos que maridarán en el momento con los platos. También servirán el “Cocinillas”, un tinto creado por David en la bodega de Jiménez Landi a base de syrah y garnacha y cuya etiqueta ha diseñado también él mismo. Y en cuanto a los postres, David nos adelanta que servirán, entre otras muchas propuestas originales y divertidas, una revisitación del “Drácula” que ofrecía en el 96 en su restaurante Santa María en San José, un homenaje al famoso polo elaborado con coulis de frutos rojos, fresas frescas, crema de vainilla y una espuma de cocacola.
Es posible que hayas visto en la carretera de San Antonio una valla con una impresionante cuchilla matancera y el lema “Eat to be happy”. Es el gran logo de David y de Re.Art plasmado por el graffitero Jerom y que estará también a la entrada del restaurante. “Este proyecto supone volver a lo más puro, a hacer lo que más me gusta: cocinar directamente frente a los comensales”. Y es que a Re.Art se viene a disfrutar con todos los sentidos, a degustar pequeños bocados de felicidad en forma de tapa.
