«Todo empezó con unos tocadiscos de correa que mi madre guardaba para cuando yo tuviera 16 años».
Jay tuvo su primera oportunidad un año después, en la emisora Kiss FM de Dublín, creada para promocionar el superclub Temple Theatre y que acogía a DJs como Armin van Buuren y Mauro Picotto, en la misma época que Gatecrasher y Turnmills. En seis meses estaba dirigiendo la emisora y estudiando arquitectura. Además, dirigía un sello discográfico, pinchaba por toda Irlanda y fue votado entre los cinco mejores DJs irlandeses, se convirtió en residente del Temple Theatre e incorporó a Judge Jules al club, con el que sigue teniendo una buena amistad. A los 21 años, Jay conoció a su novia, la segunda DJ más importante en esa época, Anne Savage, quien después de que él sufriera un agotamiento extremo le advirtió: «Vas a tener que tomar una decisión, la industria musical o la arquitectura».

Pronto empezó a trabajar para la agencia musical londinense Top Drawer, cuyo artista Slipmatt afirma que sigue siendo el mejor agente que ha tenido. Dos años después se trasladó a la agencia Most Wanted, y descubrió al DJ y productor holandés de electro house Sander van Doorn. «Era el nuevo productor de moda, quería llevarlo a ser el DJ número uno del mundo». Sobre la estrategia adoptada: «Cuanto más decíamos que no a la gente, más estaban dispuestos a pagar. Las ofertas se duplicaban, y luego se cuadruplicaban. Entonces hicimos un montón de extras, prensa, entrevistas, estrategias de marketing». Con Jay como agente y mánager llegó al número 10 del Top 100 de DJ Mag, pero después de nueve años Sander se marchó. Fue un momento difícil. «Tienes que estar alerta porque la industria está llena de tiburones y no hay mucha lealtad». Pero al cerrarse una puerta, otra se abrió y Jay conoció al DJ estadounidense Felix Da Housecat, al que llevó durante muchos años. Además, siguen manteniendo una estrecha amistad.

Recordando la frase de su madre: «No es pecado caerse, es pecado acostarse», Jay dice: «Incluso a día de hoy, con 43 años, sigo aprendiendo. Para mí los últimos 20 años en la industria musical han sido como un ensayo para llegar a este punto».

Jay habla con franqueza sobre el mánager de Avicii, Arash Pournouri, y lo describe como «un auténtico visionario por lo que vio en Tim, y su visión para llevarlo de productor musical amateur a ser una de las mayores marcas del mundo. Como mánager hacía lo correcto, aupar a su artista para que fuera el más grande». Sobre Avicii, Jay reconoce: «Sólo hay un puñado de personas que tienen ese “algo”. Tim lo tenía. No es un camino fácil convertirse en el DJ número uno del mundo. Cuando estaba allí pinchando le encantaba, pero creo que fue por los constantes viajes. Tienes que dormir, tienes que hacer ejercicio, tienes que mantenerte sano».

«Viajé con Avicii como su tour manager. Creo que fue para David Guetta en Pacha, una de las primeras actuaciones de Tim en Ibiza, estuve con él esa noche. Lancé su residencia en Ushuaïa los lunes y fue un gran éxito, pinchaba para unas 5.000 personas. A Avicii le encantaban los grandes momentos. El fin de semana del aniversario de la Reina, metió a 10.000 personas en el O2 de Londres». Dos años más tarde, los recortes supusieron el despido de Jay (la única persona no sueca del equipo). «En ese momento había llevado a Avicii a ganar más dinero del que recibía semanalmente Cristiano Ronaldo».

Fue otro gran golpe. Sin embargo, en 2013 Jay creó su primera empresa de representación, Volume Group. Claptone se cruzó en su radar, pero el artista no sentía que necesitara un representante. «Le dije: si no puedo aumentar tu negocio en un 20%, entonces no necesitas un mánager. Hagamos un trato durante seis meses y yo me llevaré el 10%, la mitad de lo que debería recibir». En 2014 comenzó a representar a Claptone, que sigue en la empresa de representación de artistas y música de Jay, PurpleWall, creada en 2017.

«Captamos el momento y fuimos capaces de ampliar los honorarios, el volumen y la calidad de los espectáculos, y luego crear todas estas diferentes activaciones en torno a la marca.»

«En 2018 creo que fue, volé a Sao Paulo para un evento en el estadio con Claptone y Vintage Culture. En realidad, había estado en Ibiza toda la semana con amigos míos irlandeses que estaban de fiesta. Recuerdo que pensé: «No puedo más, tengo que salir de aquí». Vi a Vintage por primera vez. En ese momento me di cuenta de que ese chico iba a ser una estrella». Jay cuenta que quiere diversidad en su lista y que ha fichado a su última artista estrella, Olga Korolova. «Congeniamos al instante: llena de energía, apasionada por lo que hace y muy guapa. Musicalmente, tiene mucho talento».

Hablando de los retos que supuso el COVID, revela que hubo días en los que perdieron un millón de facturación, a pesar de un sinfín de ideas y esfuerzos, y utilizó las reservas del negocio para mantener en el trabajo a su fiel equipo de confianza. «Íbamos mes a mes para poder sobrevivir, en un momento dado vivía de las tarjetas de crédito para sobrevivir».

Volviendo a su continuo éxito con Claptone: «Sin duda es uno de mis mayores logros. 295 shows en 2019, DJ número uno de House en el mundo cinco años seguidos, el lanzamiento de la residencia en Pacha que fue algo grande, crear The Masquerade y vender 18.000 entradas en Buenos Aires en un estadio…»

Sentado en su terraza de Ibiza, Jay nos cuenta que visitó la isla por primera vez a los 16 años con sus padres. 27 años después, reflexiona: «La magia de Ibiza es estar en medio de la pista de baile, donde la gente viene de todo el mundo para ese momento, todo el mundo está conectado. Están aquí para disfrutar, alejarse del estrés, soltarse el pelo y ser libres».


PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Tu secreto para el éxito?:

«Trabajar duro y seguir a por lo siguiente».

¿Cómo te relajas más allá del golf y el esquí?: «Pasando tiempo con mi hijo Henry. Ahora tiene 13 años, y durante muchos años todo eran karts. No tengo tiempo para pensar en nada más cuando estoy a un lado de la pista con la lluvia entrando de costado y comprobando si tengo que subir uno más o bajar la presión de los neumáticos».

¿Lugares de fiesta? «DC10 Circoloco y Space Miami son dos de mis clubs favoritos, hay algo mágico en ellos».

¿El punto álgido de tu carrera? «Formar parte del equipo de Avicii fue un momento importante. Era un fenómeno».

Firma de artistas: «Cuando escucho el nombre de alguien que no había oído dos o tres veces en el espacio de una semana, pienso que ése es el momento».

El artista que más hubieras deseado llevar y no has podido: «Luciano. Sí, desde Vagabundos. Siempre he sido fan de él y de su sonido».

El glamour del club: «Para mí es una noche más en la oficina. No me quejo. Tengo mucha suerte de estar en la posición en la que estoy, y estoy agradecido por ello.»

¿Lo siguiente?: «La expansión de PurpleWall. Tenemos una nueva división llamada Purple Metta, pero tenemos muchas cosas en marcha ahora mismo con nuestros artistas y ahí está nuestro compromiso».

¿Ibiza?: «Sigue siendo el escaparate de los mayores DJs del mundo. Si estás aquí y eres capaz de triunfar, entonces sabes que has triunfado a escala mundial».

Jay Pidgeon es director y mánager de PurpleWall. Representa en exclusiva a Claptone, Vintage Culture, Korolova, Ferreck Dawn y Ango Tamarin.

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